Electricidad

Quizás los problemas derivados del entorno de trabajo más frecuentes son los relacionados con el sistema eléctrico que alimenta nuestros equipos; cortocircuitos, picos de tensión, cortes de flujo...a diario amenazan la integridad tanto de nuestro hardware como de los datos que almacena o que circulan por él.

El problema menos común en las instalaciones modernas son las subidas de tensión, conocidas como `picos' porque generalmente duran muy poco: durante unas fracciones de segundo el voltaje que recibe un equipo sube hasta sobrepasar el límite aceptable que dicho equipo soporta. Lo normal es que estos picos apenas afecten al hardware o a los datos gracias a que en la mayoría de equipos hay instalados fusibles, elementos que se funden ante una subida de tensión y dejan de conducir la corriente, provocando que la máquina permanezca apagada. Disponga o no de fusibles el equipo a proteger (lo normal es que sí los tenga) una medida efectiva y barata es utilizar tomas de tierra para asegurar aún más la integridad; estos mecanismos evitan los problemas de sobretensión desviando el exceso de corriente hacia el suelo de una sala o edificio, o simplemente hacia cualquier lugar con voltaje nulo. Una toma de tierra sencilla puede consistir en un buen conductor conectado a los chasis de los equipos a proteger y a una barra maciza, también conductora, que se introduce lo más posible en el suelo; el coste de la instalación es pequeño, especialmente si lo comparamos con las pérdidas que supondría un incendio que afecte a todos o a una parte de nuestros equipos.

Incluso teniendo un sistema protegido con los métodos anteriores, si la subida de tensión dura demasiado, o si es demasiado rápida, podemos sufrir daños en los equipos; existen acondicionadores de tensión comerciales que protegen de los picos hasta en los casos más extremos, y que también se utilizan como filtros para ruido eléctrico. Aunque en la mayoría de situaciones no es necesario su uso, si nuestra organización tiene problemas por el voltaje excesivo quizás sea conveniente instalar alguno de estos aparatos.

Un problema que los estabilizadores de tensión o las tomas de tierra no pueden solucionar es justamente el contrario a las subidas de tensión: las bajadas, situaciones en las que la corriente desciende por debajo del voltaje necesario para un correcto funcionamiento del sistema, pero sin llegar a ser lo suficientemente bajo para que la máquina se apague ([SBL90]). En estas situaciones la máquina se va a comportar de forma extraña e incorrecta, por ejemplo no aceptando algunas instrucciones, no completando escrituras en disco o memoria, etc. Es una situación similar a la de una bombilla que pierde intensidad momentáneamente por falta de corriente, pero trasladada a un sistema que en ese pequeño intervalo ejecuta miles o millones de instrucciones y transferencias de datos.

Otro problema, muchísimo más habituales que los anteriores en redes eléctricas modernas, son los cortes en el fluido eléctrico que llega a nuestros equipos. Aunque un simple corte de corriente no suele afectar al hardware, lo más peligroso (y que sucede en muchas ocasiones) son las idas y venidas rápidas de la corriente; en esta situación, aparte de perder datos, nuestras máquinas pueden sufrir daños.

La forma más efectiva de proteger nuestros equipos contra estos problemas de la corriente eléctrica es utilizar una SAI (Servicio de Alimentación Ininterrumpido) conectada al elemento que queremos proteger. Estos dispositivos mantienen un flujo de corriente correcto y estable de corriente, protegiendo así los equipos de subidas, cortes y bajadas de tensión; tienen capacidad para seguir alimentando las máquinas incluso en caso de que no reciban electricidad (evidentemente no las alimentan de forma indefinida, sino durante un cierto tiempo - el necesario para detener el sistema de forma ordenada). Por tanto, en caso de fallo de la corriente el SAI informará a la máquina Unix, que a través de un programa como /sbin/powerd recibe la información y decide cuanto tiempo de corriente le queda para poder pararse correctamente; si de nuevo vuelve el flujo la SAI vuelve a informar de este evento y el sistema desprograma su parada. Así de simple: por poco más de diez mil pesetas podemos obtener una SAI pequeña, más que suficiente para muchos servidores, que nos va a librar de la mayoría de los problemas relacionados con la red eléctrica.

Un último problema contra el que ni siquiera las SAIs nos protegen es la corriente estática, un fenómeno extraño del que la mayoría de gente piensa que no afecta a los equipos, sólo a otras personas. Nada más lejos de la realidad: simplemente tocar con la mano la parte metálica de teclado o un conductor de una placa puede destruir un equipo completamente. Se trata de corriente de muy poca intensidad pero un altísimo voltaje, por lo que aunque la persona no sufra ningún daño - sólo un pequeño calambrazo - el ordenador sufre una descarga que puede ser suficiente para destrozar todos sus componentes, desde el disco duro hasta la memoria RAM. Contra el problema de la corriente estática existen muchas y muy baratas soluciones: spray antiestático, ionizadores antiestáticos...No obstante en la mayoría de situaciones sólo hace falta un poco de sentido común del usuario para evitar accidentes: no tocar directamente ninguna parte metálica, protegerse si debe hacer operaciones con el hardware, no mantener el entorno excesivamente seco...
© 2002 Antonio Villalón Huerta