Conclusiones

En esta ponencia hemos podido acercarnos un poco más a la realidad de los desarrolladores de software libre. Cabe destacar que a pesar de que la mayoría de las grandes empresas del sector del software libre son americanas, las cuatro fuentes estudiadas muestran un claro predominio europeo en cuanto a número de desarrolladores. Europa no debe dejar pasar uno de los pocos trenes tecnológicos en el campo de las tecnologías de la información donde Europa muestra la delantera de forma nítida: políticamente se debe apoyar en mayor medida al software libre. No es comprensible que mientras gran parte del desarrollo se lleve en Europa, la industria se encuentre en los Estados Unidos. La "fuga de cerebros" es una realidad que se debe atajar con medidas oportunas. Las últimas decisiones encaminadas en aceptar las patentes del software y otras restricciones adicionales basadas en el copyright son más bien pasos en dirección contraria.

Sin embargo, aún dentro de Europa existen grandes diferencias entre los países del norte y centro de Europa, donde el desarrollo del software libre está muy arraigado, y países del sur. España no es una excepción a esta regla y se encuentra en casi todas las estadísticas muy lejos de los países punteros. La situación es todavía peor en países del llamado Tercer Mundo. Esto es especialmente alarmante, ya que el software libre tiene unas características económicas (bajo coste de adquisición), sociales (fácil redistribución) y tecnológico-académicas (sistemas avanzados) muy interesantes para que no se sigan agrandando las diferencias existentes entre los países industrializados y los países en vías de desarrollo.

En cuanto a la preparación, hemos podido ver cómo los desarrolladores de software libre tienen, en general, una buena formación, tanto académica como relacionada con las ciencias informáticas. En la mayoría de los casos se trata de estudiantes o de jóvenes trabajadores altamente cualificados. El carácter abierto y multidisciplinar que muestra el software libre no es una sorpresa a tenor del grado de implicación de personas no relacionadas profesionalmente con el sector de las tecnologías de la información (casi un 20%) y de los desarrolladores que están estrechamente ligados a universidades, ya sea como profesores o como alumnos (casi un tercio).

Es interesante ver a las universidades como el motor para el desarrollo del software libre, ya que en su seno no sólo se gestan grandes aplicaciones y proyectos de investigación, sino un nutrido grupo de interesados que pueden adquirir a bajo coste nuevos conocimientos sobre tecnologías software punteras. En los últimos tiempos, cada vez que una empresa relacionada con el software libre quebraba muchas voces alarmistas han llenado columnas enteras en los sitios de noticias más visitados augurando un negro futuro al software libre. Este estudio muestra de manera concisa que el grado de implicación de desarrolladores adscritos a alguna universidad casi dobla el número de desarrolladores que dicen ser pagados por crear software libre. La buena salud del software libre no depende tanto de las tormentas bursátiles, sino más bien de su fomento, expansión y apoyo en las universidades y centros de formación.

Otro aspecto a tener en cuenta es la distribución de la dedicación personal. Si tenemos en cuenta que menos de una quinta parte de los desarrolladores dedican más de veinte horas semanales al desarrollo de software libre, se puede entender cómo según el Orbiten Survey un 10% de los autores había realizado más de un 70% del volumen de código investigado. Su conclusión sigue siendo válida en este estudio: el desarrollo del software libre puede que sea distribuido, pero la aportación individual es muy desigual.

De los resultados podemos leer también un alto grado de satisfacción profesional entre los desarrolladores, aún cuando más bien pocos se dedican profesionalmente al desarrollo del software libre y que la situación económica internacional mostraba claros síntomas de desaceleración durante las fechas en las que fueron encuestados. Incluso la mayoría se muestra optimista cuando se les pregunta acerca de la situación del software libre en su país. Es curioso ver como incluso en España los desarrolladores se mostraban ciertamente esperanzados con las perspecitvas que ofrece el software libre. A mi entender se debe básicamente a que esperan una explosión en nuestro país de este fenómeno en los próximos tiempos.

Para terminar, me gustaría enumerar de manera rápida cómo es el desarrollador de software libre medio: es europeo, tiene 27 añtos, varón, políglota y con conocimientos de inglés, estudiante de los últimos cursos de universidad o ingeniero software en uno de sus primeros empleos, tiene una alta graduación académica, no le pagan por desarrollar software libre, está contento con su actual situación laboral, desarrolla menos de 10 horas a la semana, usa Debian y tiene experiencia en varias (más bien, multitud de) herramientas y lenguajes de programación.